Muchas felicidades a todos...me encanta regalar libros y me encantan las flores...las rosas me enamoran...feliz dia para
tod@s
Y la leyenda:
Un dragón, acechando entre grandes rocas, se ha instalado en la comarca,
infectando el aire, también el agua con su aliento apestoso,
los ganados enferman, otros mueren,
y en los campos los trigos no crecen.
Y el dragón que se acerca más y más a las murallas de la ciudad.
Para mantenerlo amansado, alejado, y que no cruce las murallas,
por orden del Rey,
cada día se le entrega un animal: cabras, mulas, caballos…
pero una vez que se acabaron los animales, para alimentarle y que no pasara a las calles,
hubo que sacrificar también a los propios habitantes. Uno cada día.
El sorteo era público, en la Plaza de la Iglesia mientras las campanas de la Iglesia de Santa María tocaban a la oración.
Y en la taza de plata estaban todos los nombres, también el del Rey y la princesa…
.
Un día, 23 de Abril, eran las 12, el sonar de campanas llegó ronco, la hora del sorteo. Leyeron un nombre.
El Rey dicen que lloró, suplicó…La campana pequeña dicen que ese día no sonó,
una joven princesa fue la escogida por el destino
y atravesó llorando, cabeza a lo alto, la muralla para el sacrifico al dragón.
Pero de pronto, surgido entre los campos de trigo, aparece un caballero sobre un engalanado caballo: Era el caballero George.
Vio al dragón esperando a su presa tras la muralla.
Se abalanzó hacia él, dirigiendo la punta de la espada hacia el corazón de la bestia, y lo hiere de muerte.
El dragón, inerte sobre el suelo, fue conducido al pueblo entre las miradas agradecidas de los habitantes de la villa.
Frente a ellos, junto a la plaza del Sorteo, el Caballero le dio el batacazo final con un certero golpe de lanza
formando a su alrededor una gran charco de sangre.
-Así, o parecido, lo cuenta la leyenda-
A partir de aquel golpe final, la sangre del dragón se convierte en un rosal.
Y de sus ramas crecieron rosas,
Y un caballero regala a la joven Princesa una rosa.
Por su valiosa hazaña, el caballero alcanzó fama de héroe,
y reconocido patrón de la nobleza y la caballería catalana, “Sant Jordi.”